viernes, 2 de diciembre de 2011

¿ESTÁS CONTENTO CON TU TRABAJO¿ ¿O ESTÁS CONTENTO POR TENER TRABAJO?

El 63% de los trabajadores del mundo es feliz en su empleo, dice una encuesta de la red social Linkedin. ¿¿¿¿Seguro???? Según el sondeo, el 52% de los 12.000 encuestados de 16 países (España incluida) se muestra optimista sobre su futuro: si trabaja duro y obtiene resultados, será promocionado. ¿¿¿¿De verdad????

Y, ¿dónde están estas personas? Últimamente todo el mundo con el que hablo está:

a) Harto
b) Quemado
c) Mal pagado
d) Una combinación de a, b y c

Claro que Linkedin no especifica a qué tipo de profesionales ha entrevistado. ¿Eran oficinistas? ¿Funcionarios? ¿Directivos? ¿Electricistas? ¿Policías? Si atendemos a los últimos rankings de la revista Forbes, famosa por hacer listas de todo tipo, las profesiones más “felices” son, por este orden, sacerdote, bombero, fisioterapeuta, escritor, profesor de educación especial, maestro, artista, psicólogo, vendedor de servicios financieros y operador de máquinas pesadas.

A primera vista, veo dos claras categorías: la de profesionales que trabajan haciendo el bien a los demás (sacerdote, bombero, fisioterapeuta, profesores o psicólogos), y la de los creativos (escritor y artista). Pero, siguiendo esta lógica, se me escapa qué pintan los vendedores de servicios financieros y los operadores de máquinas pesadas. La única relación que encuentro entre las diez –con excepción de los vendedores de servicios financieros- es que no son profesiones bien pagadas. Pero ese no suele ser un factor que haga feliz a nadie…

Me aburre, lo odio

¿Y las profesiones más odiadas? Según Forbes, son director de tecnologías de la información, director de ventas y márketing, product manager, desarrollador web, técnico especialista, técnico de electrónica, secretario jurídico, analista de soporte técnico, maquinista y gerente de márketing.

Ummm. Directivos, managers, especialistas…Suena a señores bien pagados que trabajan en empresas más o menos grandes con contrato fijo y bonus anual. Y márketing, ventas, web parecen segmentos con futuro. Entonces, ¿qué está ocurriendo?

“Lo que llama la atención de la lista es que estas personas de nivel relativamente alto están aprisionados en burocracias jerárquicas. No le ven sentido a lo que hacen. Las organizaciones en las que trabajan no saben hacia dónde van y, como consecuencia, tampoco lo saben ellos”, dice Steve Denning, autor de Leader’s Guide to Radical Management (Guía del líder para la gestión radical).

En el otro extremo, Susan Wolf, autora de Meaning in Life and Why it Matters (Una vida con sentido y por qué eso importa) sostiene que “el sentido de la vida surge cuando la atracción subjetiva se encuentra con el atractivo objetivo”. Lo que viene a decir que una vida llena ha de incluir causas por las que luchar –como dar de comer a los pobres- y el compromiso de la persona en cuestión –la voluntad de hacerlo, pongamos por caso, todos los martes- con esas causas.

Tiene sentido, pero, aún así, me suena muy americano. Así que me lanzo a una de mis encuestas de andar por casa. Como no conozco ni sacerdotes ni bomberos, me conformo con un escritor y un director de márketing.

Dinero o significado

El primero asegura ser muy feliz con su trabajo. Se dedica a lo que le gusta, siente que sus nietos podrán leer lo que él ha escrito dentro de muchos años y le encanta el aplauso del público.

—Dime una pega— le pido.
—Que no gano suficiente dinero.
—Y, ¿cómo te las arreglas?
—Trabajo de intérprete jurado en un juzgado.

¡Vaya! Tardo más en dar con el director de márketing: su secretaria me indica que tiene varias reuniones y que probablemente no me pueda atender en todo el día. Como es amiguete, le llamo al móvil. Se escapa de una reunión.

—¿Cómo estás?— pregunto.
—Hasta las narices.
—¿Por qué?
Porque he tenido que despedir a tres miembros de mi equipo y cada vez tengo más curro. Pero da igual. No me extrañaría estar en la próxima lista de despidos.
—¿Por qué no te vas antes de que te echen?
¿Y quién me va a contratar a mi edad por un sueldo como el que tengo? Olvídate.

A primera vista, el escritor parece más feliz que el directivo. Tiene la suerte de haber encontrado un camino que le satisface y de no tener excesivas necesidades económicas, lo que le permite tener un empleo relativamente cómodo y flexible. El directivo ha apostado por tener más dinero que tiempo y por un trabajo seguro y bien pagado, pero que a menudo le genera insatisfacción por las propias complicaciones de las estructuras y las jerarquías empresariales. A todos nos gustaría sentir que nuestro trabajo tiene un significado, pero en esas pirámides corporativas ese sentido a menudo se pierde.

De todos modos, yo que Linkedin le daría una vuelta a su próxima encuesta. ¿Estás contento con tu trabajo? Podía ser la pregunta del millón hace unos años. Ahora, la cuestión es más si ¿Tienes trabajo? ¿Tienes visos de conservarlo? ¿Tienes un Plan B por si lo pierdes? Porque contentos tenemos que estar todos los que tenemos la suerte de trabajar…

No hay comentarios: